viernes, 26 de marzo de 2010

Silencio

Bajo los escalones del patio a la salida del edificio, aprieto mi cartera, y me dirijo hacia la oficina de control de la legalidad. Mientras, escucho un grupo de señores cotorreando.
En realidad a quienes siempre se nos atribuye esa condición es a las mujeres, pero qué más da, los hombres hablan mucho y, en ocasiones, pueden ser mucho más curiosos y detallistas que nosotras, pero sin perder el sentido de camaradería .
Pero el punto era mi paso por ahí, interrumpiendo la charla varonil, que quedó en silencio en una mañana soleada y hermosa. Desconozco los motivos de la distracción. Yo la registré y seguí caminando como si nada ocurriera, ellos registraron mi paso por el lugar y siguieron hablando.
 

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