martes, 6 de abril de 2010

El payaso del circo

De niña, la Misa era una cita infaltable durante cada domingo. Pero el ritual contemplaba además acercarnos para saludar al Cura, después de la Bendición final.
En realidad a mi me divertía un poco eso, porque el padre Rafael de la Iglesia de mi barrio solía hacerme bromas, y yo siempre me quedaba imaginando lo que me podría llegar a decir durante la Misa.
Pero el día que, por una vez, me cambiaron el escenario por el de la Iglesia "de la Merced" de la ciudad de Pergamino, el ritual se convirtió en un momento tragicómico.
La leyenda urbana contaba que el padre pedro era carismático, que tenía poderes curativos, que mucha gente lo consultaba por enfermedades, y que él... les imponía sus manos. Y ahí estaba yo aquel domingoen la fila para saludarlo, pensando que ese viejito que cantaba fuerte durante la misa y que gritaba con aires de superioridad mundana pero que pretendía parecerse a Dios, me iba a recibir con una broma como lo hacía Rafael.
Pero la escena era otra. El buen señor, había logrado convertir en público a los pocos fieles dominicales que quedaban en la Iglesiay encontró en mí una oportunidad para repetir su show de magia. Y así, con sus manos en mis ojos pronunció unas palabras que venían de la sabiduría de Cristo, alentadas por la profecía (de su imaginación): "Te vas a curar", gritó.
Cada vez que lo recuerdo, me pregunto con qué derecho ese sacerdote se permitía jugar con las ilusiones de una chica de 10 años, pero sobretodo, ¿qué necesidad tenía de exponer mi ceguera ante tantos compradores de ilusiones, cuando yo sólo pretendía pasar por una situación tan cotidiana como lo era "salir de misa".
como escribí alguna vez, la vida te lleva a recordar con risa esas anécdotas, que con  el transcurrir del tiempo y las situaciones que uno tiene que afrontar, ¡son pequeños episodios!.